Salimos del Mirador de Orellán siguiendo la senda Perimetral y nos deviamos a la derecha por el camino del Mirador.
Descendemos entre castaños quemados y rebrotados que nos dan sombra a lo largo de todo el camino y nos hacen disfrutar de su belleza.
El final el descenso, los castaños van desapareciendo y vemos de nuevo los desmontes de las minas romanas.
Nos paramos para refrescarnos y rellenar las cantimploras en la Fuente de la Tía Viviana. El agua está buenísima.
Atravesamos el pueblo de Médulas y tomamos el camino del lago Somido. De vez en cuando miramos hacia atras, para ver de nuevo los picos rojizos .
Por un comodo sendero llegamos al lago Somido que, por suerte, está cubierto de nenúfares en flor. ¡¡Increible!!
Comenzamos ahora una nueva parte de nuestro recorrido, seguimos por el camino que nos lleva a Salas de la Ribera y de pronto nos encontramos con La Balaouta.
«La Balouta es una pueblo rodeado de un halo de misterio, tiene cierto poder de atracción para todo aquél que lo visita, es un pueblo de aspecto primitivo y de espacios ínfimos y bién aprovechados, dejando los escasos y mejores terrenos para el cultivo y aprovechando las oquedades kársticas existentes en los márgenes de la gargantas para construir edificaciones rupestres auxiliares (hornos, gallineros, cuadras etc.)»
Atravesamos esa sorprendente garganta karstica preguntándonos si corresponde a un canal de evacuación de estériles de Las Medulas o bien son depósitos calizos de las estribaciones de la Serra da Enciña da Lastra.
No hice fotos de este increible pasillo, estaba tan absorta que me olvidé.
Nos vamos aproximando a Salas de la Rivera. Entramos por un camino entre vides, castaños y olivos cuando ya el sol va cayendo, muy contentos de haber conocido este rincón del Bierzo tan cercano a nuestra comarca.